Algunas oraciones ortodoxas

PADRE NUESTRO

Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo.  El  pan sustancial nuestro dánoslo hoy, y perdona nuestras  deudas  como  nosotros  perdonamos  a nuestros deudores, y no nos dejes caer en tentación, mas líbranos del mal.

S- Porque tuyo es el reino, el poder y la gloria, Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.

Oración de San Efrén

Señor Dueño de mi vida, aleja de mí el espíritu de pereza y de abatimiento, de dominio, de palabras vanas. (Postración)

Concédeme a mí, tu siervo, espíritu de castidad, de humildad, de paciencia y de amor. (Postración)

Señor Rey, concédeme poder ver mis pecados y no juzgar a mi hermano, porque Tú eres Bendito por los siglos de los siglos. Amén. (Postración)

+ Por las oraciones de nuestros Santos Padres, Señor Jesucristo, Dios nuestro, ten piedad de nosotros.

CREDO

(Símbolo de la Fe Niceo-Constantinopolitano)

Creo en un solo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del Cielo y de la Tierra, y de todo lo visible e invisible.

Y en un solo Señor Jesucristo, Hijo Unigénito de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos; Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, nacido, no creado, consustancial al Padre, por quien todo fue hecho.

Y quien por nosotros los hombres y para nuestra salvación, descendió del cielo, se encarnó del Espíritu Santo y María Virgen y se hizo hombre.

Y crucificado también por nosotros, bajo Poncio Pilato; padeció y fue sepultado.

Y resucitó al tercer día, según las Escrituras.

Y subió a los cielos y está sentado a la diestra del Padre.

Y otra vez ha de venir con gloria a juzgar a los vivos y a los muertos, y su Reino no tendrá fin.

Y en el Espíritu Santo, Señor, Vivificador, que procede del Padre, que con el Padre y el Hijo es juntamente adorado y glorificado, que habló por los Profetas.

Y en la Iglesia que es Una, Santa, Católica y Apostólica.

Y confieso un solo bautismo para la remisión de los pecados.

Y espero la resurrección de los muertos.

Y la vida del siglo venidero. Amén.

Salmo 50

Apiádate de mí, oh Dios, según tu gran misericordia; según tu inmensa bondad, borra mi iniquidad. Lávame más y más de mi maldad y purifícame de mis pecados.  Pues reconozco mis culpas y mi pecado está siempre ante mí.

Contra tí, sólo contra tí, he pecado y delante de tí he hecho el mal, por lo tanto eres reconocido justo en tu sentencia y soberano en tu juicio. Considera que en maldad fui modelado y en pecado me concibió mi madre.  Porque, Tú que amas la verdad en lo interior me descubres los misterios profundos de tu sabiduría.

Rocíame con hisopo y seré puro; lávame y emblanqueceré más que la nieve. Hazme escuchar la alegría y el júbilo, y mis huesos abatidos se estremecerán de regocijo. Aparta tu rostro de mis pecados y borra todas mis iniquidades.

Crea en mí, oh Dios, un corazón puro y renueva dentro de mí un espíritu recto.  No me alejes de tu presencia y no quites de mí tu Espíritu Santo. Devuélveme el gozo de tu salvación y un espíritu libre me sustente. Enseñaré a los impíos tus caminos y los pecadores volverán a Tí. Líbrame de la sangre, oh Dios, Dios de mi salvación y aclamará mi lengua tu justicia. Abre, Señor, mis labios y cantará mi boca tus alabanzas.

Pues no es sacrificio lo que te complace. Si te ofreciera un holocausto no lo quieres. El sacrificio para Dios es el espíritu arrepentido. Al corazón contrito y humillado, Tú, oh Dios, no lo desprecias. En tu bondad, Señor, trata benignamente a Sión y reconstruye las murallas de Jerusalén. Entonces aceptarás el sacrificio de justicia, las ofrendas y los holocaustos. Entonces se te ofrecerán víctimas en tu altar.

TROPARIO

Tono I Cuando la piedra fue sellada por los judíos y tu purísimo cuerpo fue custodiado por los guardias, resucitaste al tercer día, Oh Salvador, concediendo al mundo la vida. Por lo tanto, los poderes celestiales clamaron a Tí, oh dador de vida: gloria a tu resurrección, oh Cristo, Gloria a tu dominio. Gloria a tu plan de salvación, oh único, amante de la humanidad.